Scot Halpin

Creo que todos soñamos alguna vez con tener nuestro cuarto de hora de fama, pero pocos lo logran. En el caso de Scot Halpin (1954-2008) este acariciado sueño se hizo, literalmente, realidad.


Todo comenzó, y terminó, la noche del 20 de Noviembre de 1973 cuando la banda británica The Who se hallaba presentando su show Quadrophenia, en el Cow Palace de Daly City, sur de San Francisco.

Keith Moon, el baterista de la banda, se había excedido en el uso de tranquilizantes, los que había acompañado de una buena dosis de brandy. Como resultado, se desplomó encima de su batería mientras tocaban Won't Get Fooled Again.


Los roadies decidieron entonces sacarlo del escenario, cargándolo en peso. Ya en el backstage lo bañaron y le inyectaron un corticoide, lo que les había funcionado en otras oportunidades, pues esta no era la primera vez que el díscolo personaje mezclaba drogas y alcohol.

Tras media hora de receso obligado, Keith Moon fue devuelto al escenario, pero esta vez lucía excitado, queriendo patear a todo el mundo. Sus compañeros lo tuvieron que agarrar y literalmente montarlo en su taburete. Comenzaron a tocar Magic Bus por unos minutos, hasta percatarse que Moon se había vuelto a desmayar.


Nuevamente los roadies bajaron a Moon, pero esta vez en forma definitiva. Es en ese predicamento que los otros integrantes de The Who optaron por tocar See Me Feel Me, con el vocalista Roger Daltrey sacudiendo una pandereta a falta de baterista. La cuestión es que no sonaron bien, por lo que el guitarrista Pete Townshend decidió preguntar al público si entre los asistentes había algún baterista.

Cerca al escenario estaba un joven de 19 años, de nombre Tomas Scot Halpin, quien había asistido al concierto en compañía de su amigo Mike Danese, tras haber adquirido entradas de reventa. Ni bien Townshend soltara su oferta, Danese comenzó a gritar: "El puede tocar, el puede tocar..." refiriéndose a Halpin.


El promotor del evento, Bill Graham, escuchó los gritos de Danese, y le preguntó a Halpin si podía hacerlo, a lo que éste repondió con aplomo "Si, seguro..." ofreciéndose a subir. Halpin tenía casi un año sin tocar, y lo había hecho sólo en pequeñas bandas locales en su natal Iowa. Pero la suerte llegó a él, y con la venia del resto de la banda, pudo reemplazar ni más ni menos que a Keith Moon.

Luego de tomarse un brandy para superar los nervios, Scot Halpin dio inicio a su efímera trayectoria como baterista de The Who. Tocó sólo tres temas: Smokestack Lightning, Spoonful y Naked Eyes. Al final del concierto se despidió del público al lado de toda la banda, y le obsequiaron una chaqueta autografiada.


Scot Halpin siguió tocando en pequeñas bandas californianas, a la vez que dedicado a su profesión como artista visual, llegando luego a regentar un night club. En 1995 se mudó a Indiana, donse residió hasta su muerte acaecida en el 2008, a los 54 años, y a consecuencia de un tumor cerebral.

A continuación, un video resumido de toda esta anécdota, un tributo a Scot Halpin, quien de una u otra manera resume el sueño que todo músico esconde desde que comienza a ejecutar un instrumento.