El Baterista Alto

Los bateristas altos afrontamos ciertos problemas específicos, sobre los que me gustaría discutir en este artículo.

Problema 1: Las Baquetas

Desde que tengo recuerdo, conseguir baquetas a la medida de mis necesidades ha sido un gran problema; y paso a explicarles.

Soy un baterista bastante alto, pues mido 6 pies y 3 pulgadas, esto es, poco más de 1.90 m. La longitud de mi muslo, tomada desde la cadera hasta la rótula, es 55 cm. Comprenderán que con semejante estatura la inmensa mayoría de baquetas comerciales me resulten cortas; y hablo de las más largas.

Es por ello que no puedo seguir la regla de oro de empuñar la baqueta según el punto de equilibrio (fulcro), sino más atrás: por el cabo. Por otro lado, la distancia desde mi muñeca hasta el extremo del dedo medio es de 22 cm, por lo que imaginarán que aún cumpliendo con dicha regla, el tamaño de mi mano superaría ampliamente el mango del palillo.

Para ganar rebote, pese a no aprovechar el punto de equilibrio de la baqueta, opto por aumentar la tensión de los parches. Al fin y al cabo el rebote depende tanto del fulcro como de la tensión de la superficie percutida. Obviamente, recurro a sordinas para reducir la tonalidad de mis tomes, pero estas son muy delicadas, las lengüetas MiniE-Mad de Evans, que ubico en zonas del parche donde no suelo golpear.

Problema 2: El Asiento

La mayoría de sillines me resultan cortos. De hecho, tuve problemas hace tiempo con la columna vertebral por usar banquitos bajos y mi natural tendencia a agacharme un poco (la famosa jorobita de todos los grandotes).


El problema se solucionó con una silla Back Rest de Pearl, cuyo cojinete puede elevarse bastante. Por otro lado, tiene un respaldar anatómico que mantiene siempre curvo nuestro arco lumbar, y cuya penetrancia puede también ser regulada, de modo que nos impida adoptar posiciones viciosas, tan comunes entre los altos.

Problema 3: Los Pedales

Si entendieron los dos problemas anteriores, les quedará claro por qué los altos solemos recurrir a la posición heel-down (talón abajo) para usar los pedales. De hecho, Tommy Igoe, famoso baterista cuya talla está más cercana a los dos metros que la mía, hace uso excelente de esta técnica, al igual que el reconocido colega de R&B Zoro.


En la foto anterior pueden apreciar el tamañazo del que para muchos (incluido quien escribe) es el mejor platillero del mundo.

Problema 4: El Hi-Hat

El vástago del hi-hat, esa varilla de metal que sale por el medio del charles y a través del cual pasamos sus platillos, suele resultarnos muy corto. Hay que tomar en cuenta que el nivel superior de la tarola debe estar un poco por encima de nuestro muslo, de tal suerte que si tocamos del modo cross-handed (a manos cruzadas) se estorbarían ambas baquetas entre si.

Las posibles soluciones pueden ser recurrir a un hi-hat de vástago más largo, confeccionar una varilla de mayor longitud, o simplemente tocar a manos abiertas empleando un charles remoto, como los que producen Gibraltar y Pearl.


En efecto, y tal como se aprecia en la figura precedente, podemos articularlo al parante del ride (platillos de ritmo al mismo lado). Esto permite ejecutar del modo open-handed (a manos abiertas) evitando el indeseable choque de baquetas.

Comentarios Finales

Felizmente, la batería es el instrumento musical más personalizable que existe, y por ello siempre es posible encontrar alguna solución ante un problema determinado.

Y si bien es cierto que ser alto tiene sus contras, también es verdad que ofrece sus ventajas, como por ejemplo que siempre nos puedan observar, lo que no ocurre con un baterista chato, que muchas veces termina oculto entre sus tambores.