Protección Auricular

Ya metidos en la música, como estamos, uno de nuestros principales riesgos es quedarnos sordos. A ello contribuyen nuestra costumbre de practicar en ambientes pequeños y mal acondicionados, hacer uso de audífonos a alto volumen para escuchar música, o acudir a conciertos y estar siempre buscando irnos "palante", para ver cómo toca algún coleguita. Sin embargo, su verdadera causa es no haber aprendido en forma oportuna a prevenir el daño que el sonido puede provocar en nuestro órgano sensorial más apreciado: el oído.

La sordera o pérdida de la audición es una enfermedad progresiva que reconoce entre sus causas principales el Trauma Acústico. Este último se presenta cuando la intensidad del sonido es tal que daña nuestra membrana timpánica. Lamentablemente, se trata de una afección irreversible, por lo que debemos protegernos para evitar que se instale y/o progrese.

El trauma acústico produce agudamente un solo síntoma: el acúfeno o tinnitus; un pitido muchas veces insoportable que nos acompaña por unas horas tras haberlo sufrido. Posteriormente, y ya en forma crónica, los efectos habrán de ser un pitido permanente o la pérdida progresiva de la audición. Obviamente, esta última es más tardía, y compromete el espectro sonoro que se haya visto más afectado por el tipo de frecuencias que la generaron. Es por ello conveniente que cada cierto tiempo nos hagamos una audiometría, a fin de reconocer hasta que punto tenemos dañada nuestra audición, y adoptar las medidas correctivas que permitan, al menos, detener su avance.

Lamentablemente, el nuestro es un instrumento acústico, cuyas voces ocupan un amplio rango tonal, desde la gravedad del bombo hasta la agudeza de uno de nuestros platillos. Por otro lado, el trauma acústico puede también generarse por exposición constante a sonidos aparentemente no tan intensos. Es por ello menester protegernos contra sus efectos, para lo cual debemos hacer uso de protección auricular.

Protectores Auriculares

Existen diversos tipos de protectores auriculares, que van desde los tapones hasta los que tienen aspecto de headphone. En uno y otro caso, se busca reducir la intensidad del golpe sonoro en términos de decibelios (dB).

Los tapones estándar, también conocidos como "Ear-Plugs", se confeccionan con plástico, goma o espuma, yendo de menor a mayor calidad; esta depende del grado de deformabilidad del tapón y de su capacidad de absorción sonora. La deformabilidad nos asegura la capacidad de obturar el orificio auricular, mientras que su capacidad de absorción sonora determina la Tasa de Reducción de Ruido o NRR (Noise Reduction Rating). Para los tres tipos mencionados, la NRR es del 25, 50 y 70%, respectivamente, ó 7-15 dB.

Su mayor inconveniente reside en que comprometen desigualmente el espectro sonoro, afectando más las frecuencias altas y menos las más graves.


Existen Tapones Protésicos especialmente diseñados para músicos cuya estructura es bastante más compleja. Suelen combinar diversos materiales, como una espuma retráctil (memory foam) y la goma siliconada. No persiguen una reducción uniforme del sonido, sino afectar frecuencias específicas, de modo que generen tanto protección como un desempeño profesional eficiente. Algunos incluso se preparan a medida, con el auxilio de un audioprotesista.


Finalmente, y en especial para nosotros los bateristas, la marca de percutores y accesorios Vic Firth ha diseñado unos protectores tipo headphone. Vienen en dos modelos:
  • Isolation Headphone.- Este modelo puede reducir el sonido en 22 dB; ideal para realizar nuestras prácticas.
  • Stereo Isolation Headphone.- Es protector y audífono a la vez y capaz de reducir el sonido en 24 dB; ideal para nuestro desempeño en vivo.

Comentarios Finales

La adopción de medidas de protección auricular es un aspecto básico a tener en cuenta en nuestras prácticas como en nuestro desempeño profesional. Vivimos de nuestros oídos, y por ende tenemos que cuidarlos. Nunca es tarde para comenzar a hacerlo, pues si bien no podemos hacer nada por revertir el daño ya producido, sí podemos evitar su progresión hacia la sordera, ya sea parcial o total.