Método de Prueba y Error

Cuando uno aprende a tocar un instrumento musical trata siempre de llevarse de los consejos que otros músicos, más experimentados, nos puedan aportar en el día a día. Esto es lo debido, porque se trata de una buena forma de hacerse de nuevos conocimientos, valorando las vivencias de quienes nos precedieron.

Sin embargo, poco a poco vamos dando paso a nuestra liberalidad, a nuestra discrecionalidad, y comenzamos a experimentar. Esta es otra parte importante de nuestra formación, lo que se da en denominar el Método de Prueba y Error.

A lo largo de estos años he ido probando nuevas cosas al momento de tocar, y no me refiero sólo a la forma de ejecutar, sino al hecho de perseguir tanto mi comodidad como un sonido propio. Cada cierto tiempo he tenido que ir experimentando con:

  • gran variedad de percutores
  • baquetas de diverso peso y grosor
  • diferentes tipos de parches
  • varias clases de sordinas
  • diversos mazos de bombo
  • cambiar el espesor de la bordonera
  • agregar tambores y platillos
  • combinar platillos (stacks)
  • variar la altura, posición y angulación de los bronces
  • modificar la altura y angulación de los tambores
  • emplear una tarola o un hi-hat accesorio
  • agregar distintos idiófonos
  • cambiar de silla o taburete

Algunos de estos experimentos fueron realmente frustrantes, pero no todos. Entre estos últimos, hubieron algunos que bien podrían ser considerados verdaderas herejías baterísticas, pero que a mi no me lo parecieron tanto, al menos en ese momento. He aquí unos cuantos ejemplos que quisiera compartir con ustedes.

El primero fue usar un parche resonante de igual grosor que el parche de percusión. Para los fines de tocar en un ambiente relativamente pequeño, como la habitación que dispongo en casa, me ha permitido concentrar más el sonido, al limitar tanto la resonancia de los tomes como su consiguiente expansión hacia otros ambientes. Es cierto que el volumen de retorno hacia ti aumenta un poco, pero nada que no puedas controlar con sordinas y protectores auriculares.

El segundo fue recurrir a un crash de 14" de serie alta y colocarlo como top de mi hi-hat, que era de una serie más barata. El brillo natural de este plato mejoró el choque con pedal (ching sound) y la calidad de los siseos sobre el charles.

El tercero surgió por accidente, cuando se me rompió el parche de la tarola, y sólo contaba con un bicapa Pinstripe para reemplazarlo. Los golpes fuertes sobre la caja ganaron presencia, en tanto que el matiz de las notas fantasmas era el que siempre había buscado. Luego me enteraría que no era un recurso tan novedoso, y que algo similar se había empleado antes para grabaciones del grupo Maná.

El cuarto es definitivamente un invento mío, cuando se me ocurrió retirar la prensa de la tarola y reemplazarla por otra palanca, de tal suerte que podía controlar mejor el ajuste de la bordonera, al contar con sendos reguladores giratorios en ambos extremos de la misma.

La lista podría irse ampliando, pero he querido mencionar sólo estos cuatro tips para destacar el mensaje que quería dejarles, y que es aquel que alguna vez le escuché al célebre baterista Bob Gatzen:

"If it sounds, it works..."

y que traducido al español equivale a decir que si algo te suena bien, ese algo funciona.

Comentarios Finales

El Método de Prueba y Error te puede permitir ir personalizando tu instrumento, para darle ese efecto vintage que muchos otros músicos se esmeran en lograr. v.gr. apelando a distintas pastillas, pedales o amplificadores, en el caso de los bajistas y guitarristas.

En tal sentido, la batería nos ofrece un mar de posibilidades, las que están servidas para que uno se avoque a explorarlas; y todo lo que necesitamos es un poquito de intuición, muchas ganas y apertura mental.